Hace ya varias semanas que se celebró el XI Congreso Español de Lactancia Materna (del 31 de marzo al 2 de abril de 2022) en Pamplona. Como AELAMA, además de poder asistir muchos de nosotros y celebrar allí nuestra asamblea anual de socios, tuvimos el privilegio de premiar una de las comunicaciones orales, por su alta calidad científica e interés investigador en lactancia.
A continuación os dejamos con un resumen de la comunicación por su propio autor (Asier Oliver Olid).¡Enhorabuena!
“La obesidad infantil es un problema de salud que nos implica a todos como sociedad ya que se asocia a muchas enfermedades prevenibles en la edad adulta. Sabiendo que la lactancia materna tiene un papel importante para mejorar los hábitos alimentarios en la infancia nos pareció interesante estudiar la relación entre el tiempo de lactancia materna y los hábitos alimenticios en relación con el consumo de alimentos según su nivel de procesamiento industrial.
El procesamiento de alimentos involucra procesos físicos, biológicos y químicos que ocurren después de que los alimentos se separan de la naturaleza y antes de que sean adquiridos y enviados para preparación culinaria o consumidos directamente como tales. Podemos dividir los alimentos en función de su nivel de procesamiento según una clasificación conocida como “clasificación NOVA” que los divide en cuatro grupos.
Los alimentos NOVA 1 serían los alimentos sin procesar o mínimamente procesados como, por ejemplo, una manzana. Los NOVA 2 serían ingredientes culinarios procesados, es decir, son sustancias obtenidas del primer grupo o de la naturaleza que pueden contener aditivos para conservar las propiedades originales como sería la sal. Los clasificados como NOVA 3 serían alimentos procesados elaborados con la adición de sustancias como sal, azúcar o aceite y el uso de procesos como el ahumado, el curado o la fermentación sin incluir necesariamente un proceso industrial (por ejemplo, el queso curado o una lata de sardinas). Por último, los NOVA 4 serían productos ultraprocesados, alimentos que presentan modificaciones industriales elaboradas mediante la adición de azúcar, aceites, grasas, sal, antioxidantes sintéticos y estabilizantes a los alimentos del grupo NOVA 1.
El consumo excesivo de productos ultraprocesados ha aumentado en nuestro medio exponencialmente debido a un cambio en el patrón dietético, que ha pasado de un patrón basado en la dieta mediterránea a un patrón “occidentalizado”. El consumo excesivo de productos ultraprocesados se ha asociado con el desarrollo de enfermedades como la obesidad o la hipertensión.
La lactancia materna es el alimento que la Organización Mundial de la Salud recomienda durante los 6 primeros meses de vida, aunque anima a las madres a mantenerla más allá de los 12 meses de vida si tanto ella como el bebé así lo desean. Se ha visto que los niños que han recibido lactancia materna siguen una mejor dieta a en la infancia. En este escenario, nosotros nos preguntamos si esos niños presenetarían además un consumo significativamente menor de productos ultraprocesados que los niños que no habían recibido lactancia materna o la habían recibido durante muy poco tiempo.
Para responder a esa pregunta, recogimos datos de 806 participantes del Proyecto SENDO, un estudio enfocado en el análisis del impacto de la dieta y el estilo de vida en la salud del niño. Entre otros datos, recogimos el historial de lactancia materna y también información sobre la dieta actual de los niños, con 4-5 años de edad.
Nuestros resultados mostraron que lactancia materna se asocia con un menor consumo de productos ultraprocesados a la edad de 4-5 años y a una menor probabilidad de que los productos ultraprocesados representen un porcentaje elevado del total de energía diaria que consume el niño. En comparación con los niños que no habían recibido lactancia materna, los que fueron amamantados durante 12 meses o más, consumían una media de 59 g/día menos en forma de productos ultraprocesados, lo que representa aproximadamente un 5% su ingesta energética diaria. Es interesante observar que los beneficios de la lactancia materna aumentan a medida que se prolonga el tiempo de lactancia, pero cabe destacar que incluso la lactancia breve tiene un efecto beneficioso para el bebé.
Como muestra la gráfica, a medida que aumenta el tiempo de lactancia, aumenta el porcentaje de energía procedente de alimentos del grupo NOVA 1 y se reduce el procedente de alimentos del grupo NOVA 4.
Nuestro estudio demuestra que la lactancia materna se asocia con un menor consumo de productos ultraprocesados en la infancia y que, por lo tanto, promover la lactancia materna puede ayudarnos a lograr generaciones de niños con una mejor calidad de la dieta.”